miércoles, 2 de enero de 2013

Manejo de los pacientes con traumatismo craneal


Evaluación inicial de los pacientes con TCE


La mayoría de las consultas por TCE corresponden a TCE leves, en los que rara vez (aproximadamente un 2%) se producirá un deterioro neurológico que requiera tratamiento neuroquirúrgico.








Identificación de la urgencia y control de constantes vitales (UCI) 
Los pacientes que consultan por TCE son muy variados, con situaciones neurológicas que van desde asintomáticos a coma severo. En pacientes politraumatizados se debe sospechar la existencia de lesiones en diversos órganos, por lo que la valoración inicial.





La historia clínica debe ser detallada y debe incluir los siguientes datos: Patologías previas de interés (Alergias, consumo de drogas o alcohol, trastornos de la coagulación, pérdiadas de conocimiento previas..). Mecanismo del traumatismo (tráfico, precipitación, impacto directo, atropello, caida…). Existencia o no de pérdida de conocimiento inicial o de amnesia postraumática y su duración. Existencia de síntomas o signos neurológicos trás el trauma (cefalea, mareo, naúseas o vómitos, focalidad neurológica, crisis comiciales..). Asistencia inicial recibida y condiciones del traslado.


La exploración neurológica debe ser completa en pacientes que puedan colaborar, incluyendo orientación, atención, lenguaje, fondo de ojo, perimetiría por confrontación, pares craneales, fuerza, reflejos osteotendinosos y cutaneoplantares, sensibilidad, coordinación y marcha.
En los pacientes agitados o con disminución del nivel de conciencia toman especial relevancia los puntos valorados en la ECG (respuesta ocular, verbal y motora) y la exploración de los pares craneales: reflejos oculares intrínsecos (evolución del tamaño y reactividad pupilar), movimientos oculares extrínsecos, reflejo corneal, reflejos oculocefálicos y oculovestibulares, parálisis facial periférica. exploracion neurologica.

En un paciente con TCE está indicada una exploración neurológica básica para establecer un diagnóstico y pronóstico basado en tres partes:

Nivel de conciencia: Es el indicador más sensible de la función cerebral global. El sistema más sencillo y reproducible de indicar el nivel de conciencia es la escala de Glasgow, que cuantifica la apertura ocular, la respuesta verbal y la motora.


Ojos: Pupilas: Se deben explorar el tamaño, forma, simetría y respuesta a la luz de las pupilas. La presencia de una pupila dilatada con pobre reactividad suele indicar una herniación uncal. La presencia de dos pupilas pequeñas o medias reactivas indica encefalopatía metabólica o hemorragia transtentorial diencefálica, unas pupilas mióticas y arreactivas un daño pontino o consumo de opiáceos. El hippus (dilatación y contracción rítmica de la pupila) no tiene ningún significado, un síndrome de Horner unilateral indica daño del sistema simpático y obliga a sospechar disección carotídea o traumatismo cervical, y una pupila de Marcus-Gunn, lesión en retina, nervio óptico o quiasma óptico.


Movimientos Oculares: Se deben observar los movimientos oculares espontáneos, ya que la falta de movimientos conjugados hacia un lado indica un defecto campimétrico, negligencia parietal, lesión frontal ipsilateral o lesión pontina contralateral, y una ausencia de movimiento unilateral una lesión de tronco (parálisis de nervios oculomotores u oftalmoplejia internuclear), daño del nervio intracraneal, intraorbitario o una fractura orbitaria con atrapamiento muscular.



Tomado de : NeuroWikia.htm